La observación es clara: hoy en día, en el sector del alquiler de espacios para el bienestar y los profesionales, existe un verdadero desfase entre la oferta y la demanda. El mercado sólo ofrece prácticas de alquiler fijo por un día o medio día, con un contrato de alquiler y un compromiso a largo plazo. En cambio, los terapeutas buscan sobre todo la flexibilidad.

De hecho, en un alquiler fijo por día o medio día, los principiantes no se encuentran en condiciones de hacerlo. No tienen el presupuesto ni el deseo de sentirse atrapados en un contrato de alquiler de un año y restringir su práctica a un día a la semana. ¿Cómo se convence a los primeros clientes/pacientes para que reserven todos una cita el mismo día? Si alquilo una consulta un lunes, ¿cómo puedo atender a mi paciente un miércoles?

Por el contrario, el joven profesional aceptará inicialmente todas las citas que se le presenten y querrá atender todas las nuevas solicitudes, ya sea entre semana o en fin de semana, de día o de noche. Limitarse a alquilar una consulta durante medio día o un día a la semana no responde a la experiencia de quienes trabajan en el sector del bienestar mental o físico. La oferta y la demanda están totalmente desincronizadas. Es imposible quedarse atrapado en un alquiler de prácticas de un día o medio día.

Tanto para los profesionales del bienestar que se inician como para aquellos para los que es una actividad complementaria a otra profesión o los que buscan más flexibilidad, hoy en día se plantea un verdadero problema cuando tienen que buscar un espacio profesional para ejercer su disciplina.

El alquiler tradicional de una consulta por día o media jornada se ha vuelto demasiado restrictivo. Los precios suelen ser desorbitados, sobre todo en zonas geográficas muy codiciadas. Algunas zonas populares cobran alquileres obscenos. Además, el alquiler fijo requiere un compromiso a largo plazo con un contrato de arrendamiento que suele ser de al menos un año.

En definitiva, las prácticas alquiladas por día o media jornada ya no responden a las necesidades actuales, especialmente en estos tiempos complicados. Más de un terapeuta ha tenido que dejar su consulta desde el inicio de la crisis. Las profesiones de contacto no han podido llevar a cabo sus actividades durante meses. Algunos no podían seguir pagando el alquiler y los gastos que seguían bajando cada mes.

La tendencia general es, por tanto, la vuelta a la flexibilidad total y el deseo de poder alquilar una consulta cuando uno quiera, según sus necesidades, a un precio asequible y en una buena ubicación. Se acabaron las limitaciones y se recuperó la libertad de acción total.

Lo ideal para estos profesionales es, por tanto, un espacio compartido, abierto los siete días de la semana, ya equipado y totalmente flexible en cuanto a precios. El alquiler de oficinas por días o medias jornadas ha quedado obsoleto. La era de la compartición, la optimización del espacio y la movilidad de los trabajadores ha llegado.